Consiste en la protrusión o salida de la glándula lagrimal que se encuentra por debajo del tercer párpado o membrana nictitante y que se manifiesta con la presencia de un bulto o tumefacción en el ángulo interno de los párpados, en ocasiones de un solo ojo y en otros casos ambos.
La causa original no está bien establecida aunque se presume que es consecuencia de un factor irritante crónico que provoca un aumento en su tamaño y salida de su lugar. Se puede presentar en cualquier raza de perros e incluso en gatos, aunque se ve más frecuentemente en razas llamadas braquicéfalas o de hocico corto.
La solución de esta patología consiste en su recolocación quirúrgica, cuidando de dejarla bien anclada al fondo de su lugar original. No es recomendable eliminarla, ya que esto pudiera traer por consecuencia, deficiencia en la lubricación del ojo con efectos perjudiciales.