Lo que normalmente conocemos como lágrima, realmente consiste en una película que cubre, humedece, lubrica y nutre la córnea y el saco conjuntival. Está formada por 3 capas unidas entre sí, de las cuales la más externa y delgada contiene aceites que se producen en las glándulas lipídicas localizadas en los párpados, cuya finalidad es lubricar y evitar la evaporación de la capa media que es de agua y que corresponde al 90% de la película lagrimal y cuya función es llevar oxígeno y nutrientes diversos a la córnea.
La tercera es la capa mucosa que lubrica y une la capa acuosa a la córnea y es producida por las células de la conjuntiva.
Una deficiencia de cualquiera de estos componentes puede causar ojo seco por provocar inestabilidad en su balance. La película lagrimal también cumple una especial función óptica, por lo que su ausencia causa importantes efectos negativos en la visión.
La inflamación o atrofia de las glándulas lagrimales, conduce a la reducción o cese de la secreción acuosa de la lágrima, y es lo más frecuente como causa de Queratoconjuntivitis seca.
Lo grave de esta enfermedad es que va provocando ceguera en corto tiempo, no por padecer problemas internos de su visón, sino por la pérdida de transparencia corneal, o más grave, ulceración y perforación corneal a causa de la sequedad.
Siempre, a la menor molestia que manifieste la mascota en sus ojos, es recomendable acudir a la consulta de especialidad, para un rápido y certero diagnóstico y posterior tratamiento.