Son afecciones muy frecuentes y tienen incidencia que se asocia más con algunas razas y frecuentemente con la conformación de su cara, por eso suele ser más común en perros de hocico corto.
La úlcera de la córnea puede tener presentación desde muy leve, como una ligera erosión superficial que afecta solo el epitelio o primera capa, sin profundizar a la segunda capa llamada estroma, y deberá cicatrizar en un plazo de 7 a 8 días, a menos que se complique con infección por falta de tratamiento inmediato adecuado.
Otra presentación muy similar a ésta mencionada, es la llamada úlcera indolente o tórpida cuyo nombre proviene de la dificultad que presenta para cicatrizar, por lo que pueden pasar semanas o meses aún bajo tratamiento intenso. Estas úlceras generalmente no son muy dolorosas y presentan un borde que se desprende fácilmente haciéndose más amplias o recorriéndose de lugar.
Su causa es la deficiencia de los ingredientes intra y extra celulares necesarios para la adhesión entre las células, por lo que se recomienda recurrir a otros métodos curativos más especializados.
Las úlceras estromales son las que profundizan a la segunda capa de la córnea, pueden o no estar infectadas y son más comunes en perros braquicéfalos (de hocico corto). La causa pueden ser diferentes factores, como el roce de la córnea con pelos de algún plegue de la piel o por parpados enrollados hacia adentro, pestanas dirigidas hacia la córnea, disminución o falta de lubricación por deficiencia o ausencia de lagrima y complicación con infección bacteriana viral o por hongos; motivo por el cual en ocasiones se requieren estudios de las secreciones o de una muestra celular, a fin de establecer los medicamentos más indicados.
Para el diagnostico de las úlceras, se aplica un colorante que solo tiñe cuando hay lesión y se observan mejor al lanzar una luz azul cobalto sobre la córnea.
Este tipo de úlceras más profundas son sumamente dolorosas por lo que se nota espasmo de los parpados (ojo cerrado) exceso de lagrimeo y enrojecimiento de la membrana conjuntiva. Al complicarse con infección, deriva en Uveítis que es la inflamación interna de todo el globo ocular en la que en ocasiones se observa pus internamente, que de no tratarse oportuna y acertadamente, llevara a ceguera.
Estas úlceras suelen tener progresión rápida que conduce a descemetocele, es decir, la exposición de la última o 3ª capa a la que se le denomina membrana de descemet, que es en extremo delgada y delicada capaz de romper en cualquier instante perforándose y permitiendo el vaciamiento del líquido interior. Lo indicado es no permitir llegar a este momento, evitando pérdida de tiempo en tratamientos estériles y proceder quirúrgicamente antes de que perfore, ya que en ese caso, aunque también lo indicado es practicar cirugía, los resultados son más inciertos.
Otro tipo de úlcera es la licuefactiva o colagenolítica que se le reconoce al notar como la córnea va deshaciéndose en forma de moco gelatinoso blanquecino, hasta perforar.
La causa es variada; puede ser por infección por hongos o presencia de determinadas bacterias que producen substancias destructivas o toxicas para la córnea. Estos casos se consideran emergencia y requieren hospitalización para tratamiento intensivo y/o cirugía según el caso.